Quedó la sal estampada en el labio y no terminó de secarse que ya otra la abrumó hasta volverse sucesión ,hasta volverse llanto continuo y desatado. Y la boca se apretaba y los pulmones y el estómago querían explotar en grito y furia pero el valor de contenerse mandaba en todo el cuerpo y el mostrarse fuerte era algo imperioso a presentar a los ojos de almas destartaladas ajenas.La estación quedó vacía y el humo del carbón se hacía cada vez mas lejano y se empezaba a perder detrás de los montes de eucaliptos y la sal se seguía amontonando en sus labios y sus manos ya no sabían como enseñar la oscuridad a sus iris ahora solos.Se pudo escuchar muy a lo lejos por un horizonte perdido el último silbido de la maquina por los rieles oxidados y la noche empezó de a poco a sentarse sobre la ventana sur del día, algunas luces sin fuerzas intentaban alumbrar las rupestres callejuelas y algún que otro perro ladraba amores ocultos y atados.Los huesos movieron despacio las ropas y una mano quiso peinar pelos grasos y desolados y como pudo dió unos pasos hacia la nada y como pudo se fue yendo buscando otra vez comenzar y como pudo...se fue yendo dejando sola la estación y como pudo otra vez se entreveró en la maraña de personas estúpidas que no tienen corazón y que viven demasiado agitadas para que noten que cada vez que parte un tren ,siempre alguien querrá que este no haya partido, y como pudo se fue yendo dejando la estación...una vez mas.
                                                  CALIXTO