EL LOCO PINTOR

Posted by Unknown | Posted in | Posted on 14:05




En la entreverada ciudad, las voces multicolores jugaban a aprender a entenderse, los soles caminaban su existencia sin muchos sobresaltos y las lunas perezosas se divertían a su manera con sus bostezos.
Las diminutas gentes con sus trueques sobrevivían a sus estómagos y sus apariencias, para así llenar lenguas curiosas y amigas, eso era la vida de la entreverada ciudad. Todo tenía un sabor a raro color ocre y gris, todo era como un aceptado aburrimiento y una también aceptada manera de no creer en sueños posibles, todo era un acostumbramiento raro de dejar que el tiempo fuera marchando su lentitud como mas le fuera cómodo.
En una casi derrumbada casilla de latas y cartones vestida de un patio de pastos largos nunca cortados, vivía un muy andrajoso pintor de ganas, un cantor de silbidos de labios cortados y secos, de pelos grasos y sucios ,ignorantes de jabones y aguas limpias, en una casi derrumbada casilla, vivía un eterno soñador a quienes todos llamaban "el loco".
 Por las mañanas nuevas ,él salía con sus sones a volver a conocer la ciudad, soñando encontrar colores distintos que le despertaran al menos una pequeña sonrisa ,deambulaba las calles soportando empujones, gritos, desacuerdos, opiniones variadas y atropellos normales para las gentes de voces entreveradas, y volvía por las tardes cansadas con la tristeza de que aun nada había cambiado. Al dormirse rezaba a su Dios el deseo de despertarse al otro día y encontrar que algo había cambiado , prometiéndose jamás renunciar a esperar ese comienzo de nueva vida que siempre había soñado. Pero no, siempre era lo mismo, los ocres y grises eran reyes en esas paredes aburridas y las gentes seguían viviendo sus egoísmos sin importar a quien pasaban por encima. Una mañana sin ganas decidió quedarse en casa y ponerse a limpiar sus ruinas, fue acomodando de a poco todo mientras barría polvos añejos y seleccionaba aburrimientos lejanos para tirar al tarro de la basura. Fue dándole un gusto lindo a limpieza a su casilla de latas y cartones, se fue sintiendo lindo consigo mismo por la casi pulcritud que iba logrando, por allá ,en un armario vetusto se encontró con varias latas de pinturas olvidadas y al hacerlo fue recordando sus viejos tiempos de pintor. Fue abriendo cada una de ellas y el olor a vida que se desprendía de ellas le encendió el alma. Buscó algún sombrero y fue a comprar brochas y pinceles ,al volver consiguió suficiente agua y descubrió por un perdido rincón una barra de jabón con huellas de ratones ágiles, así fue ese día, distinto, muy distinto a los demás. Se llegó la noche y el cansancio de la limpieza lo hiso caer fatigado sobre la cama en el suelo de mantas y frazadas roídas y viejas, antes de que el sueño tomara posesión de su cuerpo cansado habló nuevamente con su Dios y le dijo que el momento había llegado y luego de esa charla por fin se durmió.
La mañana despertó con un sol de los de siempre pero con un "loco" como los de nunca, fue donde una palangana de losas descoloridas y vertió agua y con el jabón encontrado empezó a darse un merecido baño que se venía prometiendo de meses, aquellos grasos cabellos fueron tomando brillo y su cara volvió a conocer lo que era la limpieza, ya no habían lagañas ni costras ancianas. Fue donde estaba el improvisado ropero hecho de cajones de verduras y saco el overol que dormía desde hacía varios lustros.Por fin vestido fue donde las latas y las trepó a su viejo andador con el que recolectaba los descartes que dejaban las gentes de lenguas entreveradas y se puso en marcha hacia la ciudad ocres y grises. Caminando dio con un muro de paredes secas y rajaduras profundas y sacó la lata de los blancos y empezó a pintar, la brocha iba de izquierda a derecha y de arriba a abajo, las personas pasaban y lo miraban y se decían entre ellas que "el loco" cada día estaba mas loco, pero a él no le importaba y seguía pintando y pintando de blanco al viejo muro. Ya el sol se estaba yendo y el cansancio se venía a apropiar de sus carnes y huesos viejos, entonces volvió donde su casilla de latas y cartones pero con una sonrisa que alegraba el alma, una sonrisa que la ciudad de ocres y grises hacía tiempo no conocía. Descansó sus ropas y agradeció a su Dios y se entregó al caer de los párpados. Un gallo lejano despertó al sol y otra vez "el loco" remojó sus apariencias y nuevamente agarró su andador con latas de pintura y volvió donde el muro que vestía un bonito color blanco parejo, él miró a el muro, se sentó en la acera de enfrente y comenzó a fruncir su cejo, acomodaba su cabeza y cerraba un ojo y luego el otro y buscaba distintas perspectivas y se rascaba la barbilla y volvía a fruncir su cejo hasta que se levantó y fue donde su andador y tomó un pincel y empezó a dibujar. Un trazo por aquí , otro por allá y se iba formando un bosquejo de lo que en futuro sería su obra de inspiración. Los azules ,rojos, naranjas ,verdes y amarillos saltaban de un lado a otro y las gentes de lenguas entreveradas se seguían diciendo que la enfermedad de la locura ya era irreversible, él seguía pintando y dibujando y sus labios ya no eran secos y de ellos salían preciosas entonaciones de canciones que la ciudad de ocres y grises había olvidado. Otra vez se acercó la noche y regresó a su vieja casilla y como todas las noches rezó a su Dios y volvió a dormir pero esta vez...mas contento. Ya el sol estaba desperezado y "el loco" ya hacia rato que le daba vida a sus pinceles y brochas y el muro le contaba a su locura que se sentía vivo y que le agradecía el verlo todas las mañanas allí, las gentes de lenguas entreveradas de apoco fueron pasando y ya no seguían su rumbo sino que se paraban a observar  lo que una vez eran solo rajaduras profundas de aquel que había sido solamente un viejo muro y que hoy era vida de colores. Se fue a su morada y descansó, tanto que olvidó que el sol nuevamente saldría otra vez, ya era mediodía y esta vez olvidó el aseo personal y salió raudo donde el que ya era su muro y no pudo llegar a él, tuvo que detenerse a 10 metros y quedó boquiabierto...el muro ya no era de él, las personas de lenguas entreveradas ya no seguían de largo, ellas se habían amontonado delante del improvisado lienzo y posaban para diversas cámaras de fotos y reían ...y vivían, entonces "el loco" dio vuelta la esquina y comenzó a caminar por otro rumbo con una lagrima que caía por su mejilla y se decía que no era justo que quienes siempre ignoraron los colores vinieran y se apropiaran de un poquito de vida que él había creado, y se iba medio triste lamentando los egoísmos de los demás y lo holgazanes que eran, porque si cada uno de ellos tuviera el empeño de tomar un pincel y tan solo un poquito de color, la ciudad ya no sería de ocres y grises y siguió marchando mientras el que había sido un muro que no existía a ojos ajenos se sentía feliz porque ahora le importaba a los demás. El andador iba lento  y sin silbidos, iba caminando las calles de baches eternos y así seguía solo con el ruido que las latas hacían al saltar. A lo lejos se podía escuchar el bullicio de las lenguas entreveradas pero ya casi no importaba y  la lagrima se coló por sus labios y cayó en su alma y le dijo que no fuera obtuso, que entendiera que había regalado solo con su locura un poquito de vida a la ciudad de los ocres y grises. Sus zapatos de suelas agujereadas vivían los adoquines de las calles olvidadas y por allá, desde una esquina alguien le chistaba...
-chst, chst, chst
miró hacia varios lados y no notaba nada
-chst, chst, chst
seguía observando intentando descubrir de donde provenían
-chst, a vos, chst, a vos pintor
-¿quien me habla?
-yo ,aqui, chsttt
-¿pero donde?
-chstttt, aqui pintor
entonces descubrió la procedencia y venía desde un pequeño muro perdido entre las paredes hoscas de dos casonas añejas, se acercó y preguntó:
-¿sos vos quien me llama?
-si yo, el murito
-¿y porque llamas a este insignificante pintor?
-¿porque supe que sabes dar vida?
- no doy vida tan solo sé pintar
- eso es vida para mi pared de revoques grises, ¿me enseñas a vivir?
entonces la lagrima acunada en el alma se nació sonrisa y "el loco" sacó sus brochas y empezó a vivir otra vez y así fue día tras día hasta que el pequeño muro supo de los mas bonitos colores y otra vez las lenguas entreveradas aparecieron y se adueñaron de él, cuando eso sucedió ya "el loco " no estaba, se había ido a otra parte de la ciudad de varios ocres y grises y seguía pintando paredes muertas enseñándoles que la vida está al alcance de tan solo una brocha ,un pincel y varias latas de pinturas.
Por las noches cuando vuelve cansado a su vieja casilla de latas y cartones lo hace con una sonrisa enorme que alimenta al alma y siempre aunque nadie se entere se escapa entre las estrellas antes de rezarle a su Dios para volver a aquel  primer muro que conoció y le silba con labios ahora tiernos una canción que dice asi:

...alma errante que te creias muerta
alma seca que aprendiste a vivir
jamás serás de ellos aunque ellos crean que si
alma mia, alma de siempre...gracias por enseñarme a reir
duerme tranquila que siempre estaré a tu lado
para que tus mejores colores no dejen de vivir...

                                           CALIXTO

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